lunes, 21 de mayo de 2018

Un año más. Un año menos.



Y si te dijera que hay días en que uno

se puede comer el mundo y

la luna y el planeta Marte. La estepa de un miércoles
y Júpiter entero,

y a Venus el sábado y el domingo,
despertarse contigo.


Y si te dijera, vanidad,
que este año dormiste conmigo
y casi me jodes la alegría

que así pude conocerte de una vez por todas
entre los brazos inútiles, ignorante,

que lo que quiero es tener paz aquí dentro y allí fuera
que lo que más deseo en esta vida es la calma.

Que no soy sólo yo
sino todas las personas que fueron conmigo y las que fui con ellas.
Todos los viajes,
todas las palabras que no se rinden,
todas las olas que me mojaron descalzo.

Que tuve la suerte de que me amaran y sentir que amaba y que el amor nos hiciera
el mayor regalo de la vida.


Que no olvidé cuánto duele
"el cuchillo cuando entra en la piel y sale" y vuelve a entrar... Y así muchas veces.


Y si te dijera que también me equivoqué otras tantas,
que tuve celos y envidias y rencores ...
Que me creí importante.
Que la pantomima y que las divas y que los dramaturgos...Ya no hay peros que valgan.


"Uno es un lobo o es humano y su balanza
se pierde para encontrarse
en la luz como el árbol cada día,
y toda roca tiene una grieta"


¿Y si te dijera que ya encontré lo que más me gusta?
La creatividad. Lo que soy,
y que no me va a dar tiempo a ser otra cosa en este poco tiempo.

Y si te dijera que tú y yo nos seguiremos encontrando el tiempo que nos queda
aunque no sepamos, ni queramos la misma arena.

Que ya siempre nos llevaremos por fuera y por dentro,
afortunadamente, al menos para mí,
que ya no somos los mismos de antes
para seguir siendo siempre todavía.





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